Preguntas más frecuentes

Los tratamientos de reproducción asistida en ningún caso ofrecen un 100% de éxito. En cuanto a los porcentajes, mientras que en la inseminación artificial estos oscilan alrededor del 14-21% de embarazo, en el caso de la Fecundación in-vitro nos acercamos al 40%.

Hay que tener en cuenta que estos porcentajes dependen en gran medida de la edad de los pacientes, del factor de infertilidad, los hábitos de vida, etc.

Actualmente los centros de investigación trabajan para perfeccionar estas técnicas y mejorar los resultados obtenidos.

Los tratamientos hormonales utilizados en estas técnicas no producen aumento de peso. Sin embargo uno de los efectos secundarios de los mismos puede ser la retención de líquido. Por lo tanto no es de extrañar que durante el periodo de tiempo que pueda durar el tratamiento, la paciente manifieste cierto grado de inflamación o distensión abdominal.

Se recomienda acudir a un centro de infertilidad, y al cabo de un año y medio de relaciones sexuales periódicas no se logra el embarazo.

Si la edad de la paciente es de más de 35 años, se recomienda solicitar ayuda a los seis meses.

Es importante saber que como consecuencia de estos tratamientos es posible que el resultado sea un embarazo múltiple.

Es más frecuente en la Fecundación in-vitro que en la Inseminación Artificial, ya que en cuanto a la primera la ley actual permite poner hasta tres embriones por transferencia, y por lo tanto aumenta la probabilidad de embarazo múltiple hasta un 30%. El número de embriones a transferir dentro del límite que marca la ley es potestad de la pareja.

Los niños nacidos de técnicas de reproducción asistida, tienen la misma probabilidad de sufrir una alteración genética (2-3%) que los concebidos fruto de una relación sexual.

Es posible tener hijos en esta situación gracias al tratamiento de Fecundación in-vitro, ya que los óvulos se obtienen obviando el estado de las trompas.

Sí puedes tener. En esta situación hay que hacer una biopsia testicular para sacar los espermatozoides del interior del testículo y posteriormente se realiza una Fecundación in-vitro con ICSI (ver apartado FIV).

40% Factor femenino
40% Factor masculino
20% Origen desconocido

No es necesario en el caso de la inseminación. En cualquiera de los casos el médico determinará qué es lo mejor para cada paciente de forma individual y según el tratamiento.

La primera prueba «indispensable» es un seminograma, que nos da información sobre la concentración, movilidad, morfología y vitalidad de los espermatozoides. Dependiendo del resultado de la analítica, se recomendará visitar un andrólogo, el cual determinará si es necesario ampliar los estudios.